Por Abu Duyanah
Es sabido que en la mayoría de los desiertos, independiente de la región donde estén ubicados, el clima es espantosamente caluroso durante el día, con temperaturas que llegan a superar fácilmente los 40 grados centígrados. Pero lo que no todos sabemos es que durante la noche la temperatura cae incluso bajo cero. Pero, ¿por qué ocurre este cambio tan extremo?
Antes de tratar de responder
esta pregunta hay que decir que la mayoría de los desiertos tienen solo dos
estaciones en el año, las cuales se distinguen porque durante el verano la
temperatura oscila entre 35 y 40 grados Celsius, y 20 y 30 durante el invierno,
a lo que hay que sumar las escasas precipitaciones, con apenas 250 mm al año, lo
que hace que el aire sea muy seco.
En pleno siglo 21, con tanta
producción audiovisual, es difícil hacerse la idea, para el que no es versado
en el tema o nunca ha estado en un desierto, que en estos lugares las
temperaturas puedan descender tanto, pues hemos estados expuestos por demasiado
tiempo a imágenes que nos dicen que lo único que hay en los desiertos es mucho
calor, y arena.
Los árabes, conocidos por
ser históricamente habitantes del desierto, por siglo han llevado esas túnicas
largas que los identifican, y una de las razones es que ese tipo de vestimenta
los ayuda a sobrellevar las temperaturas y sus cambios extremos. Hay una frase entre
ellos que resume esto: la ropa que sirve para el frio sirve para el calor, o
algo así dice la frase, pero de lo que se trata es de que esa manera de vestir
impide que por el día el sol y las altas temperaturas los dañen, y por la noche
los protege del frio.
La explicación detrás del
cambio de temperatura en horas de la noche, está en la propia composición del
desierto, en la arena, la cual no retiene el calor como ocurre en los lugares
con tierra y vegetación, más bien lo que hace es liberarlo al aire, lo que
provoca que por el día el desierto sean tan caliente, y como el aire tampoco
retiene el calor, debido a que no posee humedad, en la noche la temperatura cae
tremendamente, llegando a registrarse incluso, hasta 3 grados bajo cero.
A todo lo anterior hay que
añadir, que si bien los desiertos cubren aproximadamente el 35% de la Tierra,
no todos son iguales, y un ejemplo es el de Gobi, en Mongolia, que es, como
otros, un desierto frio.
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