La escasez de agua potable
es algo que afecta a varias regiones del planeta, al punto que en estos
momentos hay 2.100 millones de personas que viven sin el vital líquido, y para 2025
se estima que dos tercios de la población mundial vivirán en condiciones de
grave estrés hídrico; pero al ser el agua vital para la vida de los seres
humanos no nos ha quedado más opción que ingeniárnosla para hacernos con ella.
Para algunas comunidades recurrir
a la innovación a veces ha sido la única manera de obtener y almacenar el
preciado líquido, y un ejemplo es el proyecto Warka Water,
el cual consiste en una torre de bambú que recoge agua potable del aire.
Hay que tener en cuenta que
todo el aire, desde los áridos desiertos hasta las ciudades húmedas, contiene
vapor de agua, y esa es la clave para que esta técnica funcione, pues según datos
científicos, se estima que en todo el planeta el aire, ese que está a nuestro
alrededor, contiene 12.900 kilómetros cúbicos de agua.
Si bien en estos días existe
una carrera tecnológica para recolectar agua del aire, hay que apuntar que esta
no es una técnica novedosa, pues se sabe de comunidades que tenían la costumbre
de obtener agua de los árboles, y es en esto en lo que se centra el proyecto
Warka, el cual toma su nombre del emblemático árbol de Etíope y emular su comportamiento
natural.
Este singular proyecto es liderado
por Arturo Vittori, quien se ha enfocado en utilizar este método para abastecer
poblaciones rurales con escasos recursos, que no disponen de una red de abasto
de agua potable o no pueden acceder a pozos.
Asimismo hay que añadir que
el Warka es un proyecto sustentable, que funciona hasta en los lugares más
áridos, incluyendo el desierto, y ya ha sido testado en diferentes regiones, arrojando
resultados muy positivos.
La torre que da vida a esta
iniciativa, con 10 metros de altura y 4,2 metros de ancho, está hecha de bambú y
revestida con una malla, no necesita de ningún tipo de electricidad, es barata,
fácil de construir, y permite recolectar hasta 100 litros de agua potable en un
día a partir del rocío nocturno, el cual se va depositando, gracias al propio
diseño de la estructura, en uno o varios tanques instalados en la base de la
torre.
Por último hay que destacar
que la torre prácticamente no necesita mantenimiento, y es tan fácil de
instalar y operar, que es algo que pueden hacer los propios beneficiarios sin
mucho esfuerzo.
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