Nicaragua es un barco a la
deriva. Un barquillo sin helado, una escopeta sin perles. Lo de este país es
demasiado surrealista teniendo en cuenta la grave situación política que está atravesando
desde los últimos meses.
Obra exclusiva de Daniel
Ortega quien se ha convertido en el Lord Farquaad de Centro América, y en un
estado de locura sublime anda apresando, no solo ya, a los activistas,
periodistas y opositores, sino que va más allá y ahora está aprensando a los
candidatos presidenciales.
Es que Ortega y la bruja de
su esposa pretenden imponer el récord de ser la pareja de tiranos, más horrible
del pantano en el que han convertido a Nicaragua.
Esta última, su esposa y
vicepresidenta del país Rosario Murillo acaba de recibir sanciones directas de
la Unión Europea por ser una de las principales protagonistas en el deterioro
de las libertades individuales y los derechos humanos de ese país. La bruja fue
sancionada junto al hijo de los dos tiranos, Juan Carlos Ortega, quien es
director de uno de los canales oficiales de la dictadura nicaragüense.
No solo la vicepresidenta y
su hijo fueron sancionados, también sancionaron a 6 dirigentes más que son los
que han llevado la represión a otro nivel en un país donde ya comienzan a
crecer generaciones traumadas y transformadas por la mano malévola del dictador
Daniel Ortega.
Y es que el mundo completo
debería estar volcado en contra de estas tiranías que socaban todas las
libertades individuales de sus ciudadanos, generando un estado de terror
permanente del que no se puede liberar uno ni estando a miles de kilómetros de
distancia.
Con estas nuevas sanciones
por parte de la Unión Europea contra funcionarios directos del régimen de
Nicaragua, suman ya 14 los sancionados quienes en un futuro cercano se espera
que sean juzgados por crímenes de lesa humanidad.
Entre los sancionados se
encuentran nombres como el presidente de la Asamblea, Gustavo Eduardo Porras,
la Fiscal General, Ana Julia Guido de Romero y el dirigente de la Policía
Nacional, Juan Antonio Valle.
De esta forma ninguna de
estas 14 personas pueden viajar a la Unión Europea ni pueden poner fondos a su
disposición, y de paso sufren de primera instancia la inmovilización de sus
bienes. Siendo esto una decisión determinante contra la "espiral represiva"
en Nicaragua como la nombró el Alto Representante de la Unión Europea para
Política Exterior, Josep Borrell, quien también presidió una resolución contra
la violenta represión sufrida en Cuba durante las manifestaciones del 11 de
julio pasado.
Siendo esto al parecer, una
posición firme para hacer ya conteo regresivo contra los regímenes de Nicaragua
y Cuba.
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