Camboya: un rapero desafía a la dictadura

Mientras el poder camboyano busca amordazar a cualquier oposición, Kea Sokun, un rapero ya condenado por "incitación a delinquir", no renuncia a su libertad de expresión.

Por Cuba Impacto

Detenido en septiembre de 2020 tras la publicación de dos canciones consideradas subversivas, Kea Sokun se niega a someterse a las órdenes del régimen de Hun Sen, que refuerza más que nunca su control sobre la población. El 16 de febrero, un “portal de Internet nacional” permitirá a las autoridades controlar todo el tráfico web en Camboya, incluso desde el extranjero.

El rapero fue sentenciado a dieciocho meses de prisión en diciembre de 2020. Liberado después de solo un año, su sentencia suspendida de seis meses es una forma en que las autoridades aseguran que Kea Sokun permanezca en las filas y le recuerdan que él "no es legalmente libres". El rapero también reveló que el gobierno le había ofrecido una sentencia reducida si se disculpaba públicamente, a lo que se negó: “No diré que lo siento. Y nunca lo estaré".

Kea Sokun lamenta que el gobierno lo convierta en "un ejemplo para asustar a la gente que habla de temas sociales". En sus videos musicales "Khmer Land" y "Sad Race", critica la política del gobierno, describe una población hambrienta y un país que pierde terreno frente a sus vecinos, refiriéndose a la controvertida frontera entre Camboya y Vietnam. Si Kea Sokun pretende contar los problemas de la vida cotidiana en Camboya, las autoridades ven en ellos palabras que incitan al "malestar social".

Internet bajo control

El rapero no es el único afectado por este control de la libertad de expresión online. Según el New York Times, decenas de ciudadanos han sido enviados recientemente a prisión por bromas, poemas o fotografías. Y el número de usuarios de Internet en riesgo de ser encarcelado podría dispararse pronto, mientras que la vigilancia digital debe reforzarse en los próximos días, ya que el régimen de Camboya planea establecer un nuevo “portal de Internet nacional”.

Gracias a este portal, el gobierno podrá filtrar todo el contenido publicado en internet camboyano. En particular, la nueva normativa autoriza al régimen a bloquear sitios y comunicaciones que considere contrarios a “la seguridad, el orden social, la moral, la cultura, las tradiciones y las costumbres”. Este control se realizará a través de un organismo regulador encargado de monitorear las actividades en línea.

La nueva ley preocupa a muchos opositores, asociaciones y periodistas. Según Reporteros sin Fronteras, Camboya podría alcanzar "un nivel de control de la información no visto desde la dictadura de los Jemeres Rojos". San Mala, responsable de promoción de la Red de Jóvenes de Camboya, está preocupado por las consecuencias para el trabajo de su asociación. “Como organización de la sociedad civil, nos preocupa esta ley de acceso a internet porque tememos que nuestro trabajo sea monitoreado o que nuestras conversaciones sean espiadas o que [el poder] pueda asistir a reuniones en línea con nosotros sin invitación ni permiso”, advirtió en el New York Times.

Los disidentes, sin embargo, no tienen intención de abandonar sus actividades. “Será aún más difícil expresar las propias opiniones libremente”, le preocupa a Kea Sokun, pero declara que seguirá escribiendo sus textos. Ahora está trabajando en un nuevo álbum. San Mala explica que tendremos que “cambiar nuestros hábitos de comunicación”. Por ejemplo, ha recurrido a la mensajería encriptada, como Signal o Telegram, y usa lenguaje codificado.

El modelo chino

Este portal sigue el modelo del "Gran Cortafuegos" de China inaugurado en la década de 2000. Según Sophal Ear, decano de la Thunderbird School of Global Management de la Universidad de Arizona, "las autoridades están envalentonadas por China, un ejemplo de un estado autoritario que da a Camboya cobertura política, nuevas tecnologías y recursos financieros”. Aunque explica que este portal camboyano sólo centralizará un sistema hasta entonces descentralizado, añade que las consecuencias no serán desdeñables para la oposición. “El resultado será aplastar la poca libertad de expresión que queda”, dice.

El régimen describe estas nuevas regulaciones como esenciales para el mantenimiento de la paz y la seguridad. Según el portavoz del gobierno, Phay Siphan, “la libertad de expresión conlleva una gran responsabilidad”. Luego acusó a las asociaciones de “difundir la paranoia”. “Les advertimos. Los sermoneamos, les hacemos firmar documentos y luego a la semana siguiente publican las mismas cosas, sin asumir la responsabilidad de mantener la paz social”, agregó.

El portal de Internet era la única arma que faltaba en el arsenal de Hun Sen, el dictador en el poder durante casi 37 años, para controlar todos los aspectos de la libertad de expresión. El hombre que gobierna el país con puño de hierro incluso respondió, sobre la Primavera Árabe que derrocó a regímenes similares al suyo: "No estoy debilitando a la oposición, los voy a matar [...] y si alguien es lo suficientemente fuerte como para intentar organizar una manifestación, golpearé a todos estos perros y los pondré en una jaula".

Si bien los medios tradicionales han sido amordazados durante varios años, a los analistas les parece obvio que el dictador ahora está atacando a la oposición en línea. Según estadísticas gubernamentales, las suscripciones a internet se han cuadruplicado en seis años, de 5 millones en 2014 a 20,3 millones en 2020. Facebook es la red social más popular del país, con nada menos que 10 millones de usuarios.

Los proveedores de servicios en línea serán los primeros en verse afectados por esta nueva regulación. Tienen un año para conectarse a la puerta de enlace, o corren el riesgo de congelar sus cuentas bancarias y perder su licencia de operación. Meta, la nueva empresa matriz de Facebook, dijo que "se unió a otras partes interesadas para compartir comentarios sobre esta ley con el gobierno de Camboya y expresar nuestro firme apoyo a una Internet libre y abierta".

Los activistas temen que esta nueva vuelta de tuerca contra la libertad de expresión resulte en un resurgimiento de la desinformación, mientras que las elecciones se llevarán a cabo pronto. “No es una coincidencia que después de cerrar los medios críticos en todo el país, el gobierno de Hun Sen recurrió a la crítica en línea, justo a tiempo para las elecciones comunales a nivel nacional que se llevarán a cabo en 2022”, dijo Phil Robertson, subdirector de Asia en Observador de derechos humanos.

Justo antes de las elecciones legislativas de 2018, durante las cuales el Partido Popular, el partido único que ha dominado el sistema político durante varias décadas, ganó todos los escaños, Hun Sen ya había llevado a cabo una operación similar. Un año antes de las elecciones, muchos medios independientes habían cerrado y una ola de arrestos había llevado a prisión a los opositores.

0/Post a Comment/Comments