Gran
Bretaña planeaba enviar a Ruanda solicitantes de asilo que habían llegado
ilegalmente a su territorio.
Por
Cuba Impacto
El
Reino Unido enfrenta una oposición masiva a su controvertido plan, presentado
este jueves 14 de abril, para enviar a Ruanda a los solicitantes de asilo que
llegaron ilegalmente a suelo británico, con la esperanza de disuadir los
crecientes cruces clandestinos del Canal de la Mancha.
Si
bien el primer ministro Boris Johnson había prometido controlar la inmigración,
un tema clave en la campaña del Brexit, el número de cruces ilegales del Canal
de la Mancha se triplicó en 2021, un año marcado por la muerte de 27
inmigrantes en un naufragio a fines de noviembre. Londres critica regularmente
a París por no hacer lo suficiente para prevenirlos. "A partir de hoy...
cualquiera que entre ilegalmente en el Reino Unido, así como los que han
llegado ilegalmente desde el 1 de enero, ahora pueden ser reubicados en Ruanda",
anunció el líder conservador en un discurso en Kent (sureste de Inglaterra).
“Una
idea escandalosamente mal concebida”
Ruanda
podrá albergar a "decenas de miles de personas en los próximos años",
agregó, y destacó al país de África Oriental como uno de los "más seguros
del mundo, reconocido mundialmente por su informe sobre la recepción e
integración de migrantes". Este proyecto, susceptible de aplicarse a todos
los extranjeros que hayan entrado ilegalmente, vengan de donde vengan (Irán,
Siria, Eritrea, etc.), ha suscitado reacciones de indignación y “fuerte
oposición” por parte de la ONU.
"Las
personas que huyen de la guerra, el conflicto y la persecución merecen
compasión y empatía. No deben comercializarse como productos básicos ni
transferirse al extranjero para su procesamiento", dijo Gillian Triggs,
Alta Comisionada Asistente para la Protección Internacional del ACNUR, en un
comunicado.
Amnistía
Internacional criticó "una idea sorprendentemente mal concebida" y
destacó el "pésimo historial de derechos humanos" de Ruanda. Daniel
Sohege, director de la organización de derechos humanos Stand For All, denunció
a la AFP una iniciativa "inhumana, poco práctica y muy costosa", y
recomendó en cambio abrir rutas de entrada al Reino Unido "más seguras",
porque las que existen son "muy limitadas”. Para Nadia Hardman, de Human
Rights Watch, el dispositivo "complicará" el proceso para los "refugiados
sirios que buscan desesperadamente un lugar seguro". "Llegarán y
esperarán ser tratados de acuerdo con los valores fundamentales que el Reino
Unido dice apoyar, pero en cambio serán trasladados “a miles de kilómetros de
distancia”, dijo.
Una
idea “absolutamente ridícula”
La oposición laborista acusó a Boris Johnson de desviar la atención después de que fuera multado por una fiesta de cumpleaños en pleno confinamiento. Al enviar a los solicitantes de asilo a más de 6.000 kilómetros de Londres, el Gobierno quiere desalentar el número cada vez mayor de aspirantes a emigrantes al Reino Unido: 28.500 personas hicieron estas peligrosas travesías en 2021, frente a 8.466 en 2020, según el Ministerio del Interior. En Dover, las opiniones están divididas: "Deberían devolverlos porque no es nuestra responsabilidad", dijo a la AFP Andy, un veterano del ejército británico de 68 años. Mike Allan, un jubilado de 73 años, dijo que la idea era "absolutamente ridícula" y "mucho más cara a largo plazo".
Ansioso
por recuperar popularidad antes de las elecciones locales del próximo mes,
Boris Johnson y su gobierno han estado buscando durante meses llegar a acuerdos
con terceros países para enviar a los inmigrantes mientras esperan su
procesamiento. Australia ya aplica esa medida con islas remotas en el Pacífico,
una política muy criticada. Según el acuerdo anunciado este jueves, Londres
financiará inicialmente el dispositivo por una suma de 120 millones de libras.
El gobierno de Ruanda ha aclarado que ofrecerá la posibilidad de
"establecerse permanentemente en Ruanda si así lo desean".
“Nuestra compasión puede ser infinita, pero nuestra capacidad para ayudar a las personas no lo es”, dijo Boris Johnson, quien anticipa acciones legales contra el dispositivo. Como parte de este plan, que complementa una amplia ley sobre inmigración actualmente en el Parlamento, el gobierno encomendó el jueves el control de los cruces ilegales del Canal de la Mancha a la Armada, dotada de equipamiento adicional. Por otro lado, desistió de su plan de hacer retroceder a los barcos que entraran en aguas británicas, medida denunciada en particular por el lado francés.
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