La oposición republicana en el Senado bloqueó este
jueves una ley para combatir el terrorismo doméstico, diez días después de una
masacre racista y mientras Estados Unidos llora a los niños asesinados en una
escuela de Texas, dos matanzas que han sacado a la luz la parálisis del
Congreso.
Por
Cuba Impacto
La
mayoría demócrata esperaba este fracaso pero había organizado una votación de
procedimiento para resaltar la oposición de la derecha y colgarla en el debate
más amplio sobre la violencia con armas de fuego. "Este texto es muy
importante porque el tiroteo en Buffalo fue un acto de terrorismo doméstico",
dijo el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, antes de la votación.
La
ley preveía la creación, dentro de la Policía Federal de los Estados Unidos
(FBI), así como de los Departamentos de Justicia y Seguridad Nacional, de
unidades dedicadas a la lucha contra el terrorismo doméstico, con especial
énfasis en el supremacismo blanco. También habría permitido la creación de un
grupo de trabajo para "combatir la infiltración del supremacismo blanco
entre el personal uniformado y las fuerzas del orden federales".
“Reforzar” la seguridad escolar
Chuck
Schumer había pedido a los republicanos que votaran por la apertura de debates
sobre el texto, ofreciéndoles a cambio incluir medidas para "endurecer"
la seguridad de las escuelas tras la masacre de Texas. Si bien el tiroteo que
mató a diecinueve niños y dos profesores en Uvalde (Texas) no tuvo a priori una
motivación racista, a diferencia del que costó la vida a diez afroamericanos en
Buffalo (Estado de Nueva York) el 14 de mayo, la sucesión de estos dos masacres
relanzó la discusión en Estados Unidos sobre el acceso a las armas.
A
pesar del apoyo de tres republicanos moderados, la votación de la ley contra el
terrorismo interior no superó el umbral de mayoría cualificada de 60 votos que
se aplica a la práctica totalidad de los textos presentados al Senado. La
cámara alta del Congreso estadounidense se divide entre 50 votos republicanos y
50 votos demócratas, a los que se suma la vicepresidenta demócrata Kamala
Harris.
Este
punto muerto no es un buen punto de partida para otras discusiones en curso
sobre una ley propuesta por los demócratas, esta vez destinada específicamente
a fortalecer la regulación de las armas de fuego y que también estará sujeta a
esta mayoría calificada.
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