Estados Unidos: ¿quién es Salvador Ramos, el asesino de la masacre en una escuela de Texas?

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El joven de 18 años mató a tiros a 19 niños y un adulto en una escuela primaria. El agresor hispano fue asesinado por la policía.

Por Cuba Impacto

Tenía el pelo negro que le caía sobre las orejas, el rostro pálido y los ojos oscuros. Salvador Ramos tenía 18 años cuando abrió fuego contra una escuela primaria el martes 24 de mayo en Uvalde, Estados Unidos, a 100 km de la frontera con México. En las instalaciones de Robb, ubicadas en 715 Old Carrizo Road, había más de 500 niños, en su mayoría de origen hispano. Entre ellos, 19 murieron. Un miembro del personal educativo también perdió la vida.

“El tirador mató a sus víctimas de una manera atroz y sin sentido”, condenó el gobernador de Texas, Greg Abbott. Alrededor de las 11:30 horas, el joven irrumpió en varias clases, matando a quemarropa a niños de apenas diez años y a sus profesores. Vestido con un chaleco paramilitar, Salvador Ramos, según investigadores estadounidenses, disparó primero a su abuela, antes de precipitarse en la escuela primaria. “El sospechoso se estrelló cerca de una zanja cercana al establecimiento, en un accidente espectacular”, reveló el sargento Estreda, a cargo de la investigación.

Desconocido para la policía y familiarizado con las armas.

Salvador Ramos era desconocido para la policía. Fue educado en la escuela secundaria de la ciudad. Aparece, según sus perfiles en las redes sociales, como un joven moreno pero sin incidentes. A menudo sus camaradas se burlaban de él, por su ropa, su situación financiera y su familia. Las burlas que le habrían hecho, según uno de sus antiguos amigos que comparten la misma pasión por los videojuegos entrevistado por el canal estadounidense CNN, lo empujaron a faltar a clases. En su perfil de TikTok, aún visible, escribió en su biografía que “los niños tienen miedo en la vida real” (“Kids be Scary Irl”, en inglés). Un adolescente herido e inquieto que gradualmente desarrolló una pasión por las armas de fuego.

Tres días antes, Salvador publicó fotos de rifles de asalto en su cuenta de Instagram, que desde entonces ha sido cerrada. Dos AR15, calibre 5.56, comúnmente utilizados por el ejército de los EE. UU. El mismo amigo admitió a CNN que el futuro asesino le había enviado fotos de armas unos días antes, así como una bolsa llena de municiones. Hasta el momento se desconocen los motivos del ataque.

La emoción es inmensa para los estadounidenses, que conocen su tiroteo escolar número 27 desde principios de año, con 27 muertos y más de un centenar de heridos en menos de seis meses, según datos de Education Week. En toda la población de EE. UU., el país ha visto 212 tiroteos masivos desde enero, según la asociación Gun Violence Archive, que cuenta todos los asesinatos con más de cuatro muertos, excluyendo al agresor. “Demasiado es demasiado. Nuestros corazones continúan rotos. Reaccionó la vicepresidenta Kamala Harris, llamando a “Coraje para actuar” ante el flagelo de la violencia armada en Estados Unidos.

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