Policía política prohibió espacio independiente en La Habana tras ataque de activistas Lgbt

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Dos días después de la agresión de los activistas Lgbt, uno de los directivos del Proyecto Vivos, fue citado por la Seguridad del Estado.

Por Mario Juan Puentes

El 5 de junio, día en que los cristianos celebraban el Domingo de Pentecostés, tres activistas Lgbt vinculados a la página socialista Tremenda Nota interrumpieron violentamente un encuentro de adolescentes y jóvenes bautistas, metodistas y de otras denominaciones evangélicas en La Piragüa, La Habana. Pero a un mes del ataque continúan saliendo a la luz inquietantes detalles.

Una fuente que pidió anonimato reveló a Cuba Impacto que el encuentro de jóvenes había sido virtualmente prohibido por la Seguridad del Estado.

Dos días después de la agresión y el revuelo mediático de los activistas Lgbt, uno de los directivos del Proyecto Vivos, que reunía a los jóvenes cristianos en esa zona del Malecón capitalino, fue citado por la Seguridad del Estado.

"Mi amigo salió del interrogatorio, y le dijeron que esas actividades no están permitidas", explicó la fuente. "Ahora cuando avisen les van a decir que no se puede, o que no es el momento, cualquier otra excusa".

El Proyecto Vivos, que reunía a jóvenes cristianos cada domingo desde 2019 en La Piragüa, había conquistado a golpe de perseverancia ese espacio en un país donde no existe libertad de reunión.

"Y así, de esta manera, el régimen ha usado a mi entender a unos activistas, y a toda la prensa independiente para disolver una manifestación independiente que hace mucho bien a la libertad en Cuba", lamentó la fuente.

Y ante la colaboración (consciente o inconsciente) entre la tiranía y activistas Lgbt presuntamente independientes añadió: "ahora los cristianos estamos un poco más reprimidos que hace tres días [el Domingo 5 de junio]. Ese, a mi entender, era todo el objetivo".

Después del ataque contra los cristianos, uno de los activistas Lgbt agresores,  Maykel González Vivero, posteó en su perfil de Facebook una amenaza en clave totalitaria: no permitiría a nadie, ni ciudadano ni instituciones, disentir de la agenda de género.

Una fake news justificó la agresión

El relato hegemónico en los medios independientes sobre lo ocurrido el Domingo de Pentecostés vendió la idea de que los activistas Lgbt habían sufrido una agresión verbal homófoba por parte de los cristianos congregados en La Piragüa. Sin embargo, hace una semana la verdad fue revelada a través de un audio publicado por la web de análisis político Patria de Martí.

En él, el predicador de La Piragüa instaba a los reunidos a llevar la fe cristiana y sus valores a personas sin Dios. Y lamentaba, respecto al llamado a evangelizar que muchas veces: "No queremos salir a la calle para encontrarnos con los que no tienen el Reino de Dios. No queremos salir a la calle para no ver a los "opuestos", ¿quiénes son los "opuestos"? Los que no tienen a Jesús en su corazón, los que no conocen del evangelio de Dios. Te invitan a evangelizar y dices: 'eso no es lo mío, porque yo soy del grupo de alabanza'. Yo me siento cómodo donde estoy, yo me siento cómodo con mis hermanos".

Uno de los mandamientos centrales en el cristianismo es "ir por el mundo y predicar el evangelio", de acuerdo con las enseñanzas de Biblia; de manera que el predicador señalaba a los creyentes congregados sin verter un solo comentario homófobo o referirse, siquiera, a la comunidad Lgbt.

Inmediatamente después del llamamiento el audio captó una voz lejana, del activista gay y socialista González Vivero, que parecía interrumpir la exhortación a la Iglesia. El predicador pedía a los presentes que no disgregaran su atención, y se escuchan varias personas alabar a Dios y orar.

Sin embargo, la extensa crónica publicada por uno de los activistas y agresores Manuel D La Cruz cambiaba las palabras: "Abro mi abanico, y desde esa altura, acaparo la atención de todos y la mirada del pastor, quien me fija los ojos y dice: 'Es penoso que tengamos que encontrarnos en la calle a tantas personas que les gustan personas de su mismo sexo. Me molesta ver cómo está proliferando todo este movimiento de homosexuales, tener que verlos de mano en la calle'.

En sus notas iniciales medios independientes como CiberCuba, Periódico Cubano y Diario de Cuba reprodujeron sin contraste alguno la narrativa de los atacantes, y no ofrecieron un solo testimonio de los más de cien cristianos agredidos.

Los medios independientes tampoco refirieron cómo en la transmisión en vivo de Osmel Padilla, otro de los agresores, es posible escuchar las palabras conciliadoras de varios cristianos que se acercan a los activistas Lgbt diciéndoles que no tienen nada en su contra, y que los aman en el amor de Cristo.

Ahora el fragmento del audio original de la prédica de Domingo de Pentecostés, revelado por Patria de Martí, revierte la narrativa de los activistas Lgbt presentes, sobre un presunto ataque homófobo de parte del predicador.

"¡Ven régimen querido!"

Lo que sí es posible verificar, mediante el Facebook Live de Padillla, es cómo los activistas Lgbt interrumpieron el encuentro espiritual de adolescentes y jóvenes evangélicos con improperios y consignas como que Cuba "¡es un país de derechos!" o "derechos sí, fundamentalismos no".

El agresor Manuel D la Cruz refirió en su crónica, publicada por el portal Tremenda Nota, donde coincidentemente trabajan todos los activistas involucrados y se publicaron las notas e imágenes asociadas al suceso, que había sido miembro de Asambleas de Dios y allí pasó por un calvario familiar mientras escondía su homosexualidad, y que durante los sucesos de La Piragüa el predicador les pidió perdón por sus palabras "ofensivas con la comunidad Lgbt".

Sin embargo, tras el nuevo audio, la narrativa en su totalidad es cuestionada.

Solo unos pocos intelectuales cubanos, como el diseñador y poeta Luis Luísovich, habían hecho saber sus dudas sobre la narrativa hegemónica.

Luísovich publicó un breve artículo sobre el ataque, donde calificaba de fundamentalistas a los tres activistas Lgbt que irrumpieron la actividad de una de las fiestas más importantes del mundo evangélico, Domingo de Pentecostés.

Asimismo, expresó sus dudas sobre la espontaneidad del ataque, pues es posible ver -en el Facebook Live de Padilla- a una cuarta activista Lgbt, Lisbeth Moya, con una cámara profesional, indicando a los agresores que se ubicaran en distintos lados del cuadro.

Al suceso también reaccionaron otras voces, como el escritor ateo José Gabriel Barrenechea, quien dijo que la actitud de los "justicieros" refuerza la idea de antidemocracia de cualquier "derecho" que pudiera ganar la comunidad gay.

"Lo que fueron a explicitar, en vivo y a todo color, Maykel González Vivero y su pandilla de idiotas felices, este domingo, al irrumpir muy civilizadamente en un culto público -explicó Barrenechea- (...) no era más que esto: 'Ven régimen querido (¡país de derechos!), a defender mis derechos'. Porque sin ti...en este país de salvajes trogloditas... cómo podría sobrevivir sin tu amparo".

Por su parte, el pintor y columnista Julio Lorente dijo: "Hablar de derechos e inclusión en un contexto totalitario y, a su vez, exigirlos por superposición vociferante sobre demandas ajenas en un espacio cívico, no es un error, es una estupidez".

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