Fotografía de Ariel Maceo Tellez |
Con los socialistas aspirantes al poder pasa igual, la diferencia es que cuando ellos llegan al poder lo primero que hacen es descargar su odio contra la sociedad.
Por
Ariel Maceo
Está
claro que los socialistas no saben mamar, es imposible que sepan. De saberlo la
mayoría de los problemas que generan no existirían en primer lugar. Pero no,
esos problemas llevan 60 años ahí, en Cuba, y eso es porque los socialistas
necesitan verter en alguna parte la frustración tan grande que tienen de no
saber mamar.
Por
eso sus gobiernos terminan como lo indica el manual: en dictaduras. Y los que
no terminan en dictadura es porque no les dan tiempo. Así que imaginen el
trauma tan grande que les provoca a esos bichos no saber mamar.
La
frustración se entiende. Mamar bien es un pilar fundamental de la sociedad
moderna. Uno puede ser millonario, ser estrella de fútbol, un empresario
exitoso, que si no sabes mamar no eres nadie. Eso te condena. Porque, además,
cuando es el caso de que eres uno de los mencionados antes, el problema es mayor,
porque todo el mundo se va enterar de que tú, la estrella de rock, no sabes
mamar.
Con
los socialistas aspirantes al poder pasa lo mismo, la diferencia es que ellos
se las arreglan para ascender y cuando llegan al poder lo primero que hacen es
descargar su odio, en la sociedad completa por ser pésimos gestores del sexo
oral. Desmiembran la estructura democrática de cada país que conquistan. Sí,
porque los socialistas casi siempre tienen una sola vía para llegar al poder y
eso es a través de la democracia y las elecciones libres. De la otra manera, la
vía armada, fracasan casi siempre.
Ahora
pensarán algunos en Fidel Castro, pero ese demente se cayó lo de socialista y
no fue recién hasta llegar al poder que decidió darle un giro de 180 grados a
la revolución rebelde y decirles a todos que Cuba no iba restaurar el hilo
democrático, ni habría elecciones libres y mucho menos constitución del 1940.
Ese loco engañó a todos. Y si lo están pensando, yo se los mencionó: Ese tipo
tampoco sabía mamar.
Esto
no es un evento aislado, esto es un patrón que se repite una y otra vez en cada
ecuación que se calcule, los dictadores no maman bien, quizás porque en algún
momento de su superación personal les dijeron que mamar les restaba
credibilidad y como ellos son una maquinaria que se alimenta del poder del
pueblo pues eligen lo segundo. Porque si hay algo que les gusta a los
socialistas es el dinero, y el dinero les llega a través de los regímenes que
van armando.
Se
puede llegar a la conclusión de que las dictaduras son directamente
proporcionales a los desastres amorosos que padecen los socialistas cuando se
convierten en presidentes. Las rupturas que sufren son catastróficas. Así que
ese dolor tiene que salir por alguna parte, y si por el camino ese dolor te
proporciona dinero y poder sin importar lo que hagas sufrir a los demás, y si
es un pueblo entero bajo ese sufrimiento miserable que proporciona el
socialismo a donde quiera que llegue, pues luz verde. Porque, además, llegar a
la presidencia del país, desmembrarlo cívicamente, secuestrar los poderes,
alentar el miedo a través de la represión y encarcelar a las voces disidentes
que se te atraviesen, nada de eso, te va a quitar lo de que te va mal en el
amor porque no sabes mamar. De eso no te salva nadie. Así que firman ese contrato
sin pensarlo.
Los
dictadores sabiendo esto último se las arreglan para surtir de propaganda a
aquellos países donde la democracia flaquea por culpa de otros tipos y tipas
que tampoco saben mamar, y no solo es que no saben mamar, es que tampoco les
gusta embarrarse. Les da asco. Esos son peores.
Imagina
que llevas un mes escuchando la labia de un hombre hermoso, que huele rico, y a
la hora de la verdad, cuando estás ahí, sobre la cama, sedienta, esperando su
lengua, te diga que no baja al pozo porque no le gusta embarrarse. Los
calificativos que te vengan ahora a la mente, son los mismos que sentirás en
esos momentos. Solo que no se los dirás porque estas por encima de eso.
Es esa y no otra, la verdadera razón por la que nacen las dictaduras detrás de ideas falaces como la igualdad entre los pueblos, el socialismo democrático o la justicia social. Todas esas ideas tontas tienen un denominador común: Un socialista que no supo mamar. Así que, si quieren darse al buen placer, busca a alguien que quiera libertad, porque esos siempre estarán sedientos, y te la mamarán y se embarrarán como si su vida dependiera de ellos. Al fin de cuentas, la libertad es deliciosa.
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