Los agricultores se manifestaron en las principales
ciudades de Nueva Zelanda este jueves contra un plan del gobierno para gravar
las emisiones de gases de efecto invernadero del ganado.
Por
Abu Duyanah
Los
convoyes de maquinaria agrícola convergieron en Wellington, Auckland,
Christchurch y varias otras ciudades del archipiélago, y los participantes
pidieron al gobierno de centroizquierda que abandone su plan para gravar los
"peos y eructos" emitidos por los animales en
"reproducción".
La
semana pasada, la primera ministra Jacinda Ardern reveló un plan para
introducir dicho impuesto, que sería una primicia mundial.
Gases
como el metano, emitido naturalmente en forma de flatulencias y eructos por los
6,2 millones de vacas y 26 millones de ovejas de Nueva Zelanda, así como el
óxido nitroso contenido en la orina del ganado, se encuentran entre los mayores
problemas ambientales del país.
El
metano es menos abundante y no permanece en la atmósfera tanto tiempo como el
dióxido de carbono, pero contribuye mucho más al calentamiento global. Este
compuesto químico es responsable de alrededor del 30% del calentamiento global
desde la Revolución Industrial, estiman los científicos, aunque solo representa
una fracción de la composición del gas de efecto invernadero.
“Impuestos punitivos y contraproducentes”
Este
impuesto es necesario para frenar el cambio climático, argumentó Jacinda
Ardern. Incluso podría beneficiar a los ganaderos, que podrán vender carne más
cara porque respeta el clima.
Pero
“no lo vamos a aceptar”, se indignan los campesinos. Miles de trabajadores
agrícolas se unieron a la protesta de este jueves para denunciar el proyecto de
ley.
“El
compromiso ideológico del gobierno con los impuestos punitivos y
contraproducentes sobre las emisiones (de) la producción agrícola amenaza la existencia
de las comunidades rurales”, dijo Bryan McKenzie de Groundswell NZ, la
organización detrás de esta manifestación.
Los
ambientalistas dicen que los agricultores de Nueva Zelanda están atrapados en
el fuego cruzado. “El sector rural y agrícola de este país se ha visto muy
afectado por las inundaciones, las intensas tormentas severas y las sequías
solo este año”, dijo Emily Bailey, de la organización Climate Justice Taranaki.
“La situación solo está empeorando. Los agricultores pueden adaptarse y reducir
rápidamente sus emisiones o sufrir más, como todos los demás”, alegó.
Publicar un comentario