CRISIS CLIMÁTICA: En las alcantarillas de París, una nueva fuente de energía

Parte del futuro energético de París y sus dos millones de habitantes puede estar ocurriendo bajo tierra. Un proyecto tiene como objetivo utilizar aguas residuales para calentar cinco edificios.

Por Cuba Impacto

¿Calefacción con aguas residuales de inodoros, duchas y lavavajillas? La ciudad de París, con su incomparable sistema de alcantarillado, lo está probando con la ambición de convertir las calefacciones de cinco edificios públicos, y de muchos más en el futuro. Cerca de la Place du Colonel-Fabien, en el distrito 10 de la capital francesa, una docena de obreros vestidos con monos blancos, equipados con arneses de seguridad, cascos, guantes y botas, realizan intrigantes viajes de ida y vuelta entre la carretera y el sótano, a través de una tapa de alcantarilla.

Cuatro metros y un doble tramo de peldaños más abajo, puede estar en juego parte del futuro energético de París y sus dos millones de habitantes. Seleccionada para ejecutar la obra y explotar el recinto, por un importe de dos millones de euros, la empresa de Suez instala un doble intercambiador de calor de 60 metros de longitud, uno a cada lado del colector de agua, con el fin de proporcionar el 60% de calefacción de cinco edificios públicos vecinos: un colegio, dos escuelas, un gimnasio y una piscina para niños.

Flujo interrumpido para preparar el terreno 

Por el momento, desde hace seis meses, se interrumpe el flujo de aguas residuales mediante una presa para liberar la alcantarilla, el fondo de la tubería, y allí instalar el dispositivo. Más sencillo de lo que parece: el intercambiador de calor, una placa delgada de un centímetro de espesor, se integra con cemento en la pared.

Es en contacto con estos intercambiadores que el agua “liberará sus calorías, transportadas a las dos bombas de calor instaladas en los edificios”, explica Damien Balland, gerente de innovación y rendimiento energético de la ciudad de París. En un contexto de crisis energética y climática, el ayuntamiento cree haber encontrado ahí un filón, con un recurso urbano, continuo y “poco utilizado”, la ausencia de gases de efecto invernadero y un punto de equilibrio “relativamente bajo”.

Esta no es una novedad nacional, Bordeaux y Levallois-Perret han estado experimentando con este sistema durante una década. En París, es incluso el segundo proyecto de recuperación de calor en las alcantarillas, habiendo sido el ayuntamiento de la 11 y un colegio vecino los pioneros, en 2019. Las alcantarillas les han proporcionado el 30% de su consumo energético, según el ayuntamiento centro.

Evite la sedimentación

Si bien hay "veinte proyectos en Francia", la capital se presta particularmente bien, con su red subterránea de 2600 km, subraya Cédric Reboulleau, jefe del Servicio de proyectos de energías renovables de la ciudad. Efectivamente, la instalación de estas placas requiere, además de “edificios que deben abastecerse en las cercanías”, alcantarillas suficientemente grandes, sin recodos, y la presencia de un colector principal, para tener “agua todo el tiempo”, enumera Damien Balland.

El operador también debe monitorear cualquier sedimentación de la alcantarilla, lo que puede afectar la productividad de los intercambiadores. Y las de París son “inspeccionadas con mucha regularidad”, asegura Damien Balland. La Ciudad está estudiando otros 14 sitios para proyectos similares. “Estábamos en el experimento, lo estamos generalizando”, resume el asistente de Obras Públicas, Jacques Baudrier. El objetivo: permitir un ahorro energético “del 40% en 2030 respecto a 2010, y del 60% en 2050”.

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