Un francotirador suizo se arriesga a ir a la cárcel por luchar en Ucrania

Un Schaffhausener desafió la prohibición de servir en ejércitos extranjeros. Siete procedimientos están abiertos actualmente contra ciudadanos suizos en relación con la guerra en Ucrania.

Por Cuba Impacto

El suizo Avi Motola, de 47 años, es uno de los muchos voluntarios que partieron para luchar en Ucrania. En las primeras semanas de la guerra, más de 20.000 combatientes extranjeros se unieron a las fuerzas ucranianas. A fines de febrero de 2022, el presidente Volodymyr Zelensky incluso había anunciado la creación de una “legión internacional” para ayudarlo a repeler la invasión rusa.

En Suiza, el Código Penal Militar prohíbe a los ciudadanos servir en ejércitos extranjeros. Se prevén penas de hasta tres años de prisión para los infractores. Según la SRF, la justicia militar está llevando a cabo actualmente siete procesos contra suizos que han ido a luchar a Ucrania.

"Gran cobardía"

Sin embargo, esta perspectiva no impidió que Avi Motola se involucrara: “Me parece que (esta ley) muestra una gran cobardía por parte de un estado, lamenta el Schaffhousois al micrófono de la “Rundschau”. Soldados alemanes, franceses, italianos, estadounidenses, todos pueden regresar a su país y les agradecemos. Solo yo puedo esperar alguna represión".

Avi Motola había llegado por primera vez a Ucrania poco después del inicio de la invasión rusa con una organización humanitaria extranjera. Ayudó a los civiles a huir de allí antes de dirigirse a Kiev, donde pensó que solo pasaría unos días. Fue entonces cuando salieron a la luz las atrocidades de Boutcha  e Irpin. Hechos que motivaron de inmediato su compromiso con el ejército.

"Lo que me interesa son los civiles"

Desde entonces, el Schaffhausener ha descubierto un talento para la guerra. Ahora sirve como francotirador en una unidad de combatientes voluntarios en el Frente Oriental, en territorios ocupados por el ejército ruso. "Mucha gente piensa que la gente como yo viene aquí a jugar a la guerra, a matar", dijo a SRF. "Pero lo que me interesa son los civiles que puedo salvar".

Y ahí es donde radica su principal fuente de motivación. "Ya no quiero envolver a los niños pequeños en bolsas de plástico", dice Avi Motola. “Y si gracias a mi trabajo hay al menos uno menos, habrá valido la pena”.

Para participar, el suizo tuvo que dejar atrás a un hijo de cuatro años. Un niño al que planea visitar este mes, antes de regresar a la guerra. “Todos los días me pregunto qué diablos estoy haciendo aquí, confiesa. Pero si todos los que tienen algo que perder no pelearan, todo terminaría hace mucho tiempo".

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