En la audiencia del mega concierto “patriótico” organizado por el primer aniversario de la guerra en Ucrania, el apoyo al presidente ruso es unánime e inquebrantable.
Por Cuba Impacto
Un
viaje para ver a Putin. Vladimir Ziablitski realizó el viaje a Moscú, desde su
lejana región siberiana, para asistir al megaconcierto “patriótico” organizado
por el primer aniversario del inicio de la campaña militar en Ucrania.
“Completamente unidos”
Como
él, decenas de miles de personas se dieron cita este miércoles en el estadio
Luzhniki para este espectáculo enaltecedor del ejército, denunciante del
“régimen neonazi ucraniano” y donde el invitado sorpresa, pero esperado, era
Vladimir Putin.
Putin entering his big anniversary Z concert. Rock star fascism for the internet age. Anyone know how much his coat cost? pic.twitter.com/JsUOYmZZyF
— Dr. Ian Garner (@irgarner) February 22, 2023
“El
presidente realmente necesita nuestro apoyo en este momento. (...) Va en la
dirección correcta”, dice Vladimir Ziablitski, quien partió especialmente para
la ocasión de su región de Kemerovo, a 3.000 kilómetros de la capital. “Somos
completamente solidarios con él y queremos que nuestro país detenga esta guerra lo antes posible. Y para eso se necesita una movilización en torno al líder
nacional”, asegura a la AFP este empresario de 59 años.
Comienza
el concierto. La multitud ondea decenas de banderas rusas distribuidas
gratuitamente en la entrada. En el escenario, los héroes relatan sus hazañas
bélicas, luego los artistas populares, jóvenes y mayores, ensartan canciones
sobre la guerra, a veces románticas, a veces rítmicas, a veces marciales. “Es
positivo”, comenta Iouliana, una abogada de 47 años. “Esta consolidación de la
unidad nacional recuerda a la Gran Guerra Patriótica”, del nombre en Rusia de
la lucha contra la Alemania nazi, cuyo culto se ha convertido en un pilar para
el Kremlin.
"Guerra de supervivencia"
Desde
el estallido del asalto en Ucrania, hace ahora un año, el gobierno se ha
comprometido a militarizar la sociedad, en el espacio público, en las escuelas,
en particular a través de la organización de eventos patrióticos. Muchos rusos
se adhieren a este discurso que presenta el conflicto como una medida
defensiva, para salvar la unidad eslava y de habla rusa, frente a las
autoridades ucranianas que han caído en las garras de los occidentales, según
Moscú.
“Es
una guerra de supervivencia, una guerra destinada a destruir Rusia (…). Ha
comenzado la fase decisiva de esta lucha contra Occidente”, dijo Ivan Tkatchev,
un músico de 47 años acompañado de sus hijas pequeñas. Durante el espectáculo,
los niños suben al escenario. El presentador dice que son pequeños ucranianos rescatados
por un soldado ruso y llevados a un lugar seguro en Rusia en el momento de la
Batalla de Mariupol. Una de las chicas habla y rompe a llorar después de decir
unas palabras de agradecimiento. Los rusos están acusados de secuestrar a
miles de niños ucranianos y transferirlos a Rusia. El Kremlin, por su parte,
nos asegura que se trata de adopciones legales.
“Impresionante, como siempre”
Luego,
después de más de una hora de espera bajo un frío glacial, finalmente llega
Vladimir Putin, entre los gritos de la multitud. “¡Te dije que vendría!”, le
grita, eufórico, un hombre a su mujer, abrazándola. “Hoy me dijo la jerarquía
(militar) que en nuestras tierras históricas se luchaba, por nuestro pueblo”,
proclama el mandatario. Un breve discurso, que finaliza con el himno ruso y
tres “¡Hurra!”, el grito de batalla del ejército. Vladimir Putin se va
rápidamente.
“Impresionante, como siempre”, comenta sobriamente Andreï Moisseïev, un estudiante de 18 años, sobre el presidente, a quien vio en persona por primera vez. “Es muy bueno para despertar el espíritu patriótico, nos indica el rumbo a tomar y vamos juntos”, continúa el joven con la nariz enrojecida por el frío. Lo jura, si se moviliza para ir a luchar a Ucrania, se irá.
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