Venta de municiones a Taiwán: las relaciones chino-estadounidenses están "en su nivel más bajo desde la Guerra Fría"

El Pentágono anunció la aprobación de una venta de municiones a Taiwán, ya que las relaciones con Beijing están más tensas que nunca.

Por Cuba Impacto

  • El miércoles, el Pentágono anunció la aprobación de la venta de municiones a los aviones de combate F-16 de Taiwán por 619 millones de dólares.
  • Este anuncio llega en un momento en que las relaciones chino-estadounidenses están en su punto más bajo, socavadas por la cuestión de Taiwán, las diferentes posiciones sobre la guerra en Ucrania y, a principios de febrero, la destrucción de un globo chino sobre territorio estadounidense.
  • Cuba Impacto examina este nuevo anuncio y sus consecuencias en las relaciones entre Washington y Pekín, gracias al análisis de Emmanuel Véron, profesor asociado e investigador de Inalco, geógrafo y especialista en la China contemporánea.

Las relaciones entre Washington y Beijing continúan deteriorándose. Se amargaron tras la destrucción a principios de febrero de un globo chino sobre territorio estadounidense presentado como "espía" por Estados Unidos y "meteorológico" por China. Además, el caso taiwanés lleva años acentuando la tensión entre ambos gigantes.

Este jueves, Washington anunció vender municiones a Taiwán por 619 millones de dólares. ¿Son estas reservas, destinadas a los aviones de combate F-16 de la isla democrática, una señal de escalada? ¿Cómo podría reaccionar China? 20 Minutos hace balance con la mirada de Emmanuel Véron, docente-investigador asociado a Inalco, geógrafo y especialista en la China contemporánea.

¿Es nuevo que Washington venda armas a Taiwán?

Desde 1979 y la ley del Congreso estadounidense, la Ley de Relaciones con Taiwán, Washington apoya regularmente a la isla democrática. Un apoyo que pasa, en particular, por la entrega de armas. En septiembre pasado, Estados Unidos firmó un contrato de 1.100 millones de dólares con Taipei que incluía misiles Harpoon, misiles tácticos Sidewinder y un contrato de mantenimiento para el sistema de radar de la isla. Este nuevo contrato es, por tanto, “en continuidad”, señala Emmanuel Véron, docente-investigador asociado a Inalco, geógrafo y especialista en la China contemporánea. “Hay dos o tres anuncios al año que muestran el apoyo militar de Estados Unidos y su capacidad de estar presente en este tema taiwanés a pesar de la guerra en Ucrania”, subraya el investigador que también está vinculado a la Escuela Naval.

Esta última venta incluye 100 misiles anti-radar de alta velocidad (HARM) AGM-88B, 200 misiles aire-aire avanzados de medio alcance (AMRAAM) AIM-120C-8, así como lanzadores y misiles ficticios de práctica. Pero el apoyo de la primera potencia mundial a la isla democrática no es sólo material. Se centra en tres partes “armas, entrenamiento e intercambio diplomático-seguridad”, descifra Emmanuel Véron. Todo con el objetivo de fortalecer "la capacidad de Taiwán para garantizar la defensa de su espacio aéreo, la seguridad regional y la interoperabilidad con Estados Unidos", según el Pentágono.

¿En qué contexto ocurre esto?

Este nuevo anuncio de contrato llega en un momento en que las relaciones chino-estadounidenses son extremadamente tensas. “Están en su punto más bajo desde la Guerra Fría. Desde entonces, hemos visto una mejora en las relaciones a pesar de los períodos de enfriamiento”, explica Emmanuel Véron. El expediente taiwanés siempre ha sido objeto de controversia entre Washington y Beijing. El Reino Medio considera la Isla Democrática parte de su territorio y amenaza regularmente con recuperarla por la fuerza. "Este es un archivo esencial que cristaliza las tensiones" pero el globo "espía" chino derribado a principios de febrero y la multiplicación de las advertencias sobre la posición de Pekín sobre Rusia, "intensificar el deterioro de las relaciones", advierte el especialista en China.

El martes, el Comité del Congreso de Estados Unidos sobre China dijo que el Reino Medio representaba una amenaza "existencial" para Estados Unidos. “La brecha se está ampliando a pesar de las Naciones Unidas, a pesar de que se mantiene el diálogo”, señala Emmanuel Véron. Después de que Washington derribara el globo chino sobre su territorio, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, pospuso una rara visita planeada a Beijing, pero que supuestamente aliviaría las tensiones con el rival chino. "Es muy difícil imaginar un calentamiento de las relaciones" en este contexto, señala el docente-investigador.

¿Cómo podría reaccionar Pekín?

El protocolo está bien establecido para Beijing. Con cada anuncio de entrega o colaboración entre Washington y Taipei, el Partido Comunista Chino reacciona con un comunicado de prensa fustigando el comportamiento de Estados Unidos que, según él, desestabiliza la región. Luego siguen las "amenazas e intimidaciones militares". Hacen despegar aviones, envían barcos para cruzar la línea media entre China continental y Taiwán”, dice Emmanuel Véron, quien señala reacciones “uniformes” desde Pekín. “También podemos anticiparnos a ciberataques en dirección a Taiwán, o incluso a los intereses de Estados Unidos”, descifra, subrayando que este tipo de incursiones desmaterializadas son “cotidianas” para los taiwaneses. "Los ciberdefensores de la isla cuentan entre 3 y 5 millones al día, la intensidad del acoso es colosal", señala. Por tanto, la reacción de Pekín debería limitarse a estos tres pasos que siguen incansablemente los anuncios de Washington.

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Sin embargo, a largo plazo, a muchos observadores les preocupa que la guerra se avecine en la región. El domingo 26 de febrero, el director de la CIA, William Burns, le dijo a CBS que Xi Jinping había ordenado a su ejército que se "preparara para 2027" para invadir Taiwán. Emmanuel Véron afirma que es posible una guerra en Taiwán y alrededor de Taiwán a partir de 2024-2025. “En este momento, es anticipación, es el trabajo de la diplomacia. Enviar estas armas es una forma de disuasión para evitar en la medida de lo posible un conflicto abierto”, explica, y añade que actúa como una “advertencia” para Pekín. Pero "China no está trabajando por la paz" y "por eso el riesgo de guerra es grande", dijo Emmanuel Véron.


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