Estados Unidos: Joe Biden intenta zanjar la situación a diez días del default

En Estados Unidos, el presidente demócrata y el líder de los republicanos retomarán las conversaciones sobre la deuda del país. Ambas partes notaron señales "alentadoras".

Por Cuba Impacto

Ante la amenaza de una peligrosa moratoria estadounidense, Joe Biden intenta nuevamente, este lunes, encontrar un compromiso con Kevin McCarthy, su principal oponente en un enfrentamiento tan presupuestario como político. El contraste no puede ser más fuerte entre los mensajes de unidad coreados en la cumbre del G7 en Japón, de la que acaba de regresar el presidente estadounidense, y las tensiones que encuentra a su regreso.

Los mercados no sabían bien, el lunes, con qué pie bailar. Wall Street abrió sin una dirección clara, con el índice Dow Jones cayendo un 0,02 por ciento.

El demócrata de 80 años y el líder republicano, ya recibido dos veces en dos semanas en el Despacho Oval, hablaron por teléfono el domingo. Kevin McCarthy encontró la conversación "productiva", según medios estadounidenses, y Joe Biden, que se enorgullece de ser un destacado negociador, dijo que "había ido bien".

Estas señales alentadoras llegan después de un fin de semana mucho menos alentador. De hecho, las negociaciones entre el equipo de la Casa Blanca y los republicanos se han agriado. Para eliminar el riesgo de quiebra, el Congreso -el Senado, en manos de los demócratas, y la Cámara de Representantes, con mayoría republicana- debe votar para elevar el techo máximo autorizado de deuda pública.

Los salarios y las pensiones ya no se pagarían.

Los republicanos exigen, para dar luz verde, una fuerte reducción del gasto público. Joe Biden, quien está haciendo campaña para la reelección en 2024 con un compromiso de justicia social, se opone. “Washington no puede seguir gastando dinero que no tenemos”, tuiteó Kevin McCarthy. El presidente estadounidense ha advertido que rechazará cualquier acuerdo que "ponga en peligro la sanidad de 21 millones de estadounidenses" o "ayuda alimentaria" para los más precarios.

Si no se llega a un acuerdo, un incumplimiento de pago sin precedentes, con consecuencias potencialmente catastróficas para las economías estadounidense y mundial, podría ocurrir tan pronto como el 1 de junio. Estados Unidos ya no podría pagar a los tenedores de bonos del Tesoro. El gobierno ya no podría pagar ciertos salarios de los funcionarios públicos, ni las pensiones de los veteranos, entre otros.

Entonces, ¿quién cederá primero? ¿El presidente estadounidense, que sabe bien que una posible derrota económica, cualquiera que sea su génesis política, comprometería sus posibilidades de reelección? ¿O Kevin McCarthy, cuyo puesto depende de un puñado de funcionarios electos radicales, que le piden, como el expresidente Donald Trump, que no se “doblegue”?

¿Un paso forzado?

El ala izquierda del Partido Demócrata también presiona a Joe Biden para que sea inflexible e invoque la enmienda 14 de la Constitución estadounidense, que prohíbe “cuestionar” la solvencia de la primera potencia mundial. Claramente, el presidente estadounidense obligaría a emitir nuevos préstamos, como si el techo de la deuda no existiera. Joe Biden está estudiando esta posibilidad, cargada de peligros legales, especialmente cuando uno se enfrenta como él a una Corte Suprema firmemente anclada en la derecha.

0/Post a Comment/Comments