En Estados Unidos, el presidente demócrata y el líder de los republicanos retomarán las conversaciones sobre la deuda del país. Ambas partes notaron señales "alentadoras".
Por Cuba Impacto
Ante
la amenaza de una peligrosa moratoria estadounidense, Joe Biden intenta
nuevamente, este lunes, encontrar un compromiso con Kevin McCarthy, su
principal oponente en un enfrentamiento tan presupuestario como político. El
contraste no puede ser más fuerte entre los mensajes de unidad coreados en la
cumbre del G7 en Japón, de la que acaba de regresar el presidente
estadounidense, y las tensiones que encuentra a su regreso.
Los
mercados no sabían bien, el lunes, con qué pie bailar. Wall Street abrió
sin una dirección clara, con el índice Dow Jones cayendo un 0,02 por ciento.
Analysis: After a weekend of strained talks between their negotiators, President Biden and House Speaker Kevin McCarthy are set to meet today as time runs out to reach a debt limit deal — before a potentially calamitous default in as little as 10 days. https://t.co/wKlHN92XSE
— The Washington Post (@washingtonpost) May 22, 2023
El
demócrata de 80 años y el líder republicano, ya recibido dos veces en dos
semanas en el Despacho Oval, hablaron por teléfono el domingo. Kevin McCarthy
encontró la conversación "productiva", según medios estadounidenses,
y Joe Biden, que se enorgullece de ser un destacado negociador, dijo que
"había ido bien".
Estas
señales alentadoras llegan después de un fin de semana mucho menos
alentador. De hecho, las negociaciones entre el equipo de la Casa Blanca y
los republicanos se han agriado. Para eliminar el riesgo de quiebra, el
Congreso -el Senado, en manos de los demócratas, y la Cámara de Representantes,
con mayoría republicana- debe votar para elevar el techo máximo autorizado de
deuda pública.
Los
salarios y las pensiones ya no se pagarían.
Los
republicanos exigen, para dar luz verde, una fuerte reducción del gasto
público. Joe Biden, quien está haciendo campaña para la reelección en 2024
con un compromiso de justicia social, se opone. “Washington no puede
seguir gastando dinero que no tenemos”, tuiteó Kevin McCarthy. El
presidente estadounidense ha advertido que rechazará cualquier acuerdo que
"ponga en peligro la sanidad de 21 millones de estadounidenses" o
"ayuda alimentaria" para los más precarios.
Si
no se llega a un acuerdo, un incumplimiento de pago sin precedentes, con
consecuencias potencialmente catastróficas para las economías estadounidense y
mundial, podría ocurrir tan pronto como el 1 de junio. Estados Unidos ya
no podría pagar a los tenedores de bonos del Tesoro. El gobierno ya no
podría pagar ciertos salarios de los funcionarios públicos, ni las pensiones de
los veteranos, entre otros.
Entonces,
¿quién cederá primero? ¿El presidente estadounidense, que sabe bien que
una posible derrota económica, cualquiera que sea su génesis política,
comprometería sus posibilidades de reelección? ¿O Kevin McCarthy, cuyo
puesto depende de un puñado de funcionarios electos radicales, que le piden,
como el expresidente Donald Trump, que no se “doblegue”?
¿Un
paso forzado?
El ala izquierda del Partido Demócrata también presiona a Joe Biden para que sea inflexible e invoque la enmienda 14 de la Constitución estadounidense, que prohíbe “cuestionar” la solvencia de la primera potencia mundial. Claramente, el presidente estadounidense obligaría a emitir nuevos préstamos, como si el techo de la deuda no existiera. Joe Biden está estudiando esta posibilidad, cargada de peligros legales, especialmente cuando uno se enfrenta como él a una Corte Suprema firmemente anclada en la derecha.
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