El mercado indonesio de Tohomon ha decidido renunciar a la carne canina y felina.
Por Cuba Impacto
En
Indonesia, un famoso mercado puso fin a la venta de carne de perro y gato, por
primera vez según un grupo de defensa, que ha denunciado métodos brutales de
matanza durante varios años. Carne canina, felina, pero también de
murciélagos, ratas, serpientes o monos: el mercado de Tomohon, en la isla de
Sulawesi, era conocido por su menú extremo, hasta que el viernes se impuso una
prohibición.
Los
seis comerciantes de carne de perro y gato que aún están presentes firmaron un
acuerdo para detener la venta y el alcalde de la ciudad de Tomohon promulgó una
ley que prohíbe este comercio en el mercado en el futuro, dijo la asociación de
derechos de los animales Humane Society International (HSI) en un comunicado de
prensa.
El
otrora inflexible mercado es el primero de su tipo en Indonesia en poner fin al
comercio de carne de perro y gato, dijo la ONG, elogiando un "acuerdo
histórico que salvará a miles de animales de ser golpeados e incendiados para
el consumo humano".
Unos
130.000 cachorros sacrificados
Indonesia
sigue siendo uno de los pocos países del mundo que permite la venta de carne de
perro y gato. HSI estima que el acuerdo salvará la vida de varios miles de
cachorros en la isla, donde se sacrifican hasta 130.000 cada año.
“Los
efectos serán de largo alcance, poniendo fin a las actividades de una vasta red
de traficantes, ladrones de perros y matarifes”, dijo Lola Webber, directora de
campaña de HSI. “Esperamos que este acuerdo sin precedentes sea una
escuela de aprendizaje”, agregó.
“Probablemente
maté a miles de perros”
El
mercado fue criticado por los métodos de matanza particularmente crueles que se
utilizaban allí: palizas, ahorcamientos o quemas vivas con una
antorcha. La pandemia del coronavirus, cuya salida estuvo ligada a un
mercado al aire libre, también ha reavivado los temores sobre las
zoonosis. A través de su acción, HSI y otros grupos esperan en particular
prevenir la propagación del virus de la rabia.
Elvianus Pongoh, un vendedor de 25 años en el mercado de Tomohon, estuvo de acuerdo en que era hora de terminar con este comercio. “Probablemente sacrifiqué a miles de perros. A veces veía el miedo en sus ojos cuando los levantaba y me sentía mal”, dijo, citado en el comunicado de HSI.
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