Una nueva ola de violencia ha estallado en Ecuador, alguna vez un remanso de paz en América Latina, con varios asesinatos ocurridos en el espacio de unos pocos días.
Por Abu Duyanah
Turistas
asesinados, alcalde asesinado a tiros, motín en una prisión: Ecuador, que
alguna vez fue uno de los países más pacíficos de la región, está hoy bajo el
yugo de bandas criminales que compiten por las rutas del narcotráfico.
Ocho
personas fueron asesinadas a tiros el sábado en Guayaquil, la capital
económica, en el suroeste del país. Varios individuos armados en un
vehículo, abrieron fuego contra un grupo en la calle al final del día,
dijo la policía en un comunicado. Dos personas murieron
instantáneamente, continúa el comunicado, mientras que otras seis
fallecieron debido a la gravedad de sus heridas, tras ser
trasladadas a diferentes hospitales. Otras ocho personas heridas fueron puestas
bajo protección policial.
Turistas asesinados por
error
Antes
del tiroteo en Guayaquil, el país acababa de ser sacudido por la muerte de
cinco turistas, secuestrados, interrogados y asesinados en una playa por
narcotraficantes que aparentemente los confundieron con miembros de una banda
rival. Por este caso fueron detenidas dos personas.
Seis
adultos y cinco niños ecuatorianos, que llegaron el jueves por la tarde a la
localidad costera de Ayampe, en el suroeste de Ecuador, fueron secuestrados al
día siguiente, después de que una veintena de personas armadas irrumpieran en
su hotel. Los turistas fueron sometidos a "interrogatorios" y los
cadáveres de cinco adultos fueron encontrados con heridas de bala en una
carretera cercana, dijo el comandante de la policía local Richard Vaca.
Los
turistas no tenían vínculos con organizaciones criminales, pero los atacantes, aparentemente confundieron a estas personas con sus adversarios,
añadió. Durante la detención de los sospechosos se incautaron fusiles
automáticos, pistolas, explosivos y municiones.
País asolado por la
violencia
Elegido
en noviembre como el presidente más joven en la historia del país, Noboa, de 36
años, se enfrenta a una ola de violencia sin precedentes desde el 7 de enero,
tras el anuncio de la fuga de un peligroso líder pandillero, Adolfo Macías,
alias “Fito”. Disturbios en las cárceles, toma de rehenes, ataques contra la
policía y en los barrios... el joven jefe de Estado tuvo que declarar el estado
de emergencia durante 60 días, movilizando a más de 22.000 soldados y policías.
A
pesar de estas medidas, la violencia armada no ha cesado. El viernes, cuatro
personas, entre ellas un militar, fueron asesinadas en la localidad de Manta,
Manabí. El fin de semana pasado, el alcalde de San Vicente, en la misma
provincia, fue asesinado a tiros. El
miércoles, un motín en una cárcel de Guayaquil (suroeste) dejó tres muertos y
seis heridos. De esta cárcel escapó en enero “Fito”, líder de la banda Los
Choneros.
Ecuador, que alguna vez fue un remanso de paz, está azotado por la violencia después de convertirse en el principal punto de exportación de cocaína producida en los vecinos Perú y Colombia. Los asesinatos allí aumentaron un 800% entre 2018 y 2023, pasando de seis a 46 por cada 100.000 habitantes. En 2023 se registraron 7.800 homicidios y se incautaron 220 toneladas de droga.
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